Autoclásica


Un día en la máquina del tiempo


Quién no soñó alguna vez con entrar en la máquina del tiempo y viajar al pasado, para vivir en tiempo presente aquellos bellos momentos de su vida…
Visitar una muestra de autos clásicos es algo así.
Uno puede volver a ver el auto en el que paseaba con sus abuelos, el que usaron sus padres para enseñarle a conducir, el que siempre quiso tener y ahora tal vez pueda, el que veía correr en la pista o en la ruta mientras despertaba su pasión por el automovilismo, o hacer una larga recorrida por la historia misma del automóvil y su evolución.
Todos los años, cuatro días cercanos al 12 de octubre, en los jardines del Hipódromo de San Isidro, se celebra una de las muestras de autos clásicos más importantes de Sudamérica.
Si bien las grandes marcas ocupan el espacio más importante, por su rica y extensa tradición, también pueden verse curiosidades tales como vehículos artesanales, militares, locomotoras, motos, camiones, cuadros, esculturas, repuestos, algunas embarcaciones.

La historia del deporte motor tiene su lugar destacado. Aniversarios como los 70 años de Ferrari en 2017 o los 50 de AMG, la división deportiva de Mercedes-Benz. Los notables del automovilismo argentino, monoplazas, turismo, todo en una emocionante cita con los ídolos populares.
¿Todo tiempo pasado fue mejor? Aquí es indudable, aunque pueda no ser verdad y para otros lo mejor sea lo que está por venir.
Es que en nuestra máquina del tiempo Michael Schumacher no se accidentó, está en su mejor forma y su Ferrari descansa apenas un momento para llevarlo a su séptimo título de Fórmula Uno.
Enzo Ferrari vive plenamente su época presentando año tras año sus mejores modelos, consolidando la marca deportiva más famosa del mundo mientras repite su inmortal frase “cuando usted compra uno de mis autos sólo está pagando el motor… el resto se lo regalo…”.
El automovilismo argentino transita sus horas más gloriosas, recibiendo a la elite del automovilismo mundial, los mismos que corren las 24 Horas de Le Mans, las 500 Millas de Indianápolis y el Gran Premio de Mónaco.
Mientras Juan Manuel Fangio, Oscar Gálvez y otros valientes se miden en los bosques de Palermo con quienes luego formarían la mismísima Fórmula Uno.
La generación post Fangio se prepara para sucederlo enviando a Reutemann a la Fórmula 2 europea a bordo de un Brabham BT30.

Desde Estados Unidos nos llegan los Mustang, Camaro y Cadillac, entre otros, en tiempos de petróleo barato y abundante.
Mercedes-Benz continúa la serie SL, el deportivo ligero convertible preferido de las estrellas del cine, la música y el deporte.
El ruido del motor dos tiempos de los Auto Unión, luego de cargar mezcla de nafta y aceite, las cupé 1500 que batallaban frente a los Peugeot 404, las cupecitas del TC, que concentraban miles de personas a la orilla de las rutas argentinas.

Los autos ingleses de mitad del siglo veinte, las llantas con rayos, las capotas rebatibles de lona y hasta los cierres que dividían el cockpit, todo en perfecto estado de conservación.
El arte en las pinturas de Villafuerte, con sus retratos del TC, los Torino, la Fórmula Uno en tiempos de Fangio, las Ferrari de Le Mans. Es que los autos emocionan lo suficiente como para que un artista les dedique horas y horas de pinceles y colores.
Un viaje al pasado que cuando uno lo haga por primera vez sabe que no será la última. Tan grande y rica es la historia del automóvil que un solo año no basta para mostrar todo lo que hay en nuestro país. Año tras año los expositores renuevan las piezas para que siempre encontremos una curiosidad, un modelo nuevo, un color extraño, un auto que se terminó de restaurar.
Entrar todos los años en la máquina del tiempo es renovar la pasión por el motor.