Casa Victoria Ocampo


Con una ubicación de privilegio, la casa de la célebre escritora sigue siendo un lugar de apoyo para artistas, como ella creó en su momento


Por detrás de la literatura y en paralelo con la música -las artes plásticas no eran su desvelo…- Victoria Ocampo (1890-1979) tenía predilección por la arquitectura. Hija de un ingeniero, inserta en una sociedad donde las mujeres encargaban grandes edificios y criada durante un período de auge constructivo en Buenos Aires, la fundadora de Sur se enredó con la arquitectura y el diseño ya avanzada la década de 1920.
Justo en el momento del gran despegue de las vanguardias, del auge del “Esprit Nouveau”, de la conformación del denominado “movimiento moderno” que pretendía barrer con la tradición, la historia y los estilos luego del quiebre de la Primera Guerra Mundial.
Victoria Ocampo leyó, miró y comprendió; discurseó, debatió y escribió; proyectó, diseñó y construyó; protagonizó un importante capítulo de la arquitectura nacional e internacional como pocos otros protagonistas de la vida cultural. Su debut fue la primera casa moderna de la Argentina en Mar del Plata. Victoria Ocampo estaba dispuesta a poner en escena una obra muy provocadora y sabía que en Paris la vanguardia crepitaba. Entra en contacto con Le Corbusier por interpósita persona hacia 1927: Adela Atucha de Cuevas de Vera, quien persigue personalmente y por carta al joven arquitecto revolucionario para que diseñe una casa para su amiga en Buenos Aires. Portando garabatos, una foto de la básica casa de Victoria en Mar del Plata y medidas de un terreno de la calle Salguero y Libertador esta amiga le indica la distribución requerida, las formas deseadas y que partes de otras casas del mismo Le Corbusier deben combinarse para engendrar el proyecto. Es un momento difícil para el arquitecto, quien viene de la desilusión e indignación del concurso de la Sociedad de las Naciones en Ginebra y que está preparando con gran expectativa el Concurso del Palacio de los Soviets en Moscú. Los dibujos para la casa de la entusiasta sudamericana, ignota y lejana, son un veloz ejercicio de adaptación de sus postulados básicos y experiencias construidas para una “villa” moderna entre medianeras de Buenos Aires. Sin embargo el resultado es el proyecto más teatral que realizara el maestro suizo-francés. Fluidos espacios internos y una suerte de salón al aire libre sobre el costado del jardín intuyen que se trata del escenario para una protagonista, para una actriz que está por estrenar una voraz historia de cultura. La vital casa-teatro queda en papel, olvidada por ambos, quienes se reencuentran personalmente dos años más tarde en la nueva casa porteña de la señora que sigue haciendo escándalo…
En 1928, luego del ensayo amateur de Mar del Plata y frustrada la partitura encomendada al admirado Le Corbusier, la teatral Victoria arremete con obra y escenario modernos en el corazón del Buenos Aires más elegante y exclusivo: Palermo Chico. Consigue nuevo terreno allí mismo y llama como “régisseur” arquitectónico a Alejandro Bustillo, constructor consagrado, experto en depurar e interpretar el estilo francés tan caro a los porteños. Pero la actriz en camino de ser diva impone texto y dramaturgia al director de obra. Así surge la primera casa moderna de Buenos Aires, otro edificio blanco, liso, cúbico, una especie de elegante y refinado atentado al resto del barrio, plagado de “hôtels particuliers” estilo Luis XVI, de fachadas clásicas muy chic revestidas en símil piedra y coronados por coquetas mansardas. Bustillo evita reconocer a este hijo bastardo engendrado con Victoria aunque, por esa misma época, coquetea con el minimalismo y erige varias obras de arquitectura despojada, neutral, casi esencial. La controvertida casa es, curiosamente, admirada por Le Corbusier cuando la visita en su viaje a la Argentina en 1929. Sobre ella escribe: “…Hasta ahora solo la señora Ocampo ha hecho el gesto decisivo en arquitectura, construyendo una casa que hace escándalo. Se encuentran en ella Picassos y Légers en el marco de una pureza que raramente he encontrado…”.

ANATOMÍA DE LA CASA
Composición exterior

La casa de la calle Rufino de Elizalde es, exteriormente, una suerte de “villa” racionalista, con una expresión de gran sencillez y austeridad tanto en los exteriores como en los exteriores. Su volumetría y su geometría son un ambigua combinación de clasicismo y romanticismo –de palacete y castillejo- donde se cuela algo de la noble sencillez de las casas de campo criollas con terrazas y miradores. Los muros, hechos de mampostería de ladrillos son planos lisos sin ornamentación alguna terminados en revoque simil piedra blanco. Los techos son planos también y son transitables. Todas las ventanas de proporciones horizontales o cuadradas (bien diferentes de las proporciones verticales de la tradición clásica). Las puertas también tienden a una proporción cuadrada. Todas las ventanas y las rejas de los balcones son de herrería pintadas de color gris medio. Se podría decir que el contraste de materiales, colores y texturas es la única decoración del exterior del edificio. Particularmente expresivas son la puerta principal, se podría decir enmudecida, de dos hojas de madera lisa pintadas también del mismo gris que el resto de la carpintería, donde asoman dos simples y funcionales manijones circulares. Otro trazo transgresor del exterior son los portones del garage ejecutados con cortinas de enrollar de almacén también pintados de gris medio.

Jardín
La casa está circundada por un jardín cubista en tres de sus lados. Está inspirado en las realizaciones del arquitecto franco-armenio Gabriel Guevrekian como los jardines cubistas de la Exposición de Artes Decorativas de Paris de 1925 (nacimiento del estilo Art Decó) y el de la Villa Noailles en Hyères al sur de Francia. El mismo se compone de dameros cuadrados y triangulares de mampostería de hormigón con canteros con césped y flores que se completan con cipreses y hiedras sobre las medianeras y algunas plantas “expresionistas” como cactus y cina-cina. El diseño de este jardín complementa al de la arquitectura exterior de la casa; es una versión moderna de la clásica tradición francesa de integración formal y espacial entre la volumetría del edificio y el tratamiento del espacio circundante. Buena referencia de esta tradición se encuentra del otro lado de la Avenida del Libertador, en el conjunto del edificio y el jardín del Palacio Errázuriz (Museo Nacional de Arte Decorativo)

Interiores
En los interiores reina la composición digna de un “hôtel particulier” de ascendencia francesa. La casa se organiza en cuatro plantas que albergan recintos para diversas funciones, todo conectado por una escalera de servicio en el fondo de la casa, sobre la medianera.
En la planta baja se agrupan el vestíbulo y el hall de acceso que comunican con la escalera principal que lleva con el piso de recepción.
Al costado también se encontraba una antecámara que hoy es la librería y baños. En este nivel también se encontraban la cocina, la despensa y el garage que fueron unificados en un solo espacio que sirve como sala de exposiciones.
El primer piso está ocupado por los ambientes de recepción: hall, biblioteca, living y comedor. Estos dos últimos en directa relación con una amplia terraza y un holgado balcón respectivamente. En un sector más pequeño de esta planta se agrupan los sanitarios, office en relación con la escalera de servicio.
El segundo piso contiene el dormitorio principal con su gran sala de baño, tres otros dormitorios y dos baños articulados por un pasillo y un hall-sala de estar en comunicación con una terraza lateral. Este nivel también se conecta con la escalera de servicio.
El tercer piso es el de superficie más reducida, el que, recostado sobre la medianera alberga cuartos de servicio, sanitarios y recintos para maquinaria y tanques de agua.
En los ambientes principales las secuencias espaciales ordenadas y jerarquizadas, recintos y aberturas de formas puras, armonías basadas en sofisticados juegos de simetría y proporciones, todo bien desnudo, sin concesión alguna a la ornamentación a la que se considera sinónimo de delito. En este contexto la imponente “decoración” recae exclusivamente en la impecable factura de los acabados, en la orfebrería constructiva y en los materiales nobles pero no lujosos como pisos de madera de haya y de piedra calcárea francesa. Y se completa con los cuadros que encierran las grandes ventanas: cielos rioplatenses y follaje de las arboledas del barrio.
En cuanto al mobiliario y según palabras de la propia Victoria: “…algunas cosas de época que me encantaban por la madera y por la forma, algunas mesitas, Un tapiz de Picasso. Un tapiz y una tapicería de Lèger. Grandes canapés. Libros. Un piano. Las cosas estaban colocadas estrictamente de acuerdo con el uso al cual estaban destinadas…”

RESTAURACION Y PUESTA EN VALOR
El edificio sufrió distintos cambios en los exteriores y en los interiores a lo largo de su historia llevados a cabo por distintos propietarios desde que Victoria Ocampo la vende en 1940.
El FNA realizó un proyecto y obra de restauración que se llevaron a cabo por etapas a lo largo de dos años (marzo 2016 a marzo de 2018). Para ello se hizo una exhaustiva investigación recopilándose material documental de diversos repositorios como los archivos de Alejandro Bustillo, de Villa Ocampo, de la Fundación Sur, de AYSA, de Catastro y otros particulares.
También se utilizaron referencias de distintos libros y revistas que describieron o retrataron la casa (Revista de Arquitectura de la SCA, revista El Hogar, diario La Nación, la Serie “Testimonios” y Autobiografía de Victoria Ocampo). Asimismo se apeló a la historia oral a través de testimonios de alguno de los propietarios posteriores. Finalmente se realizaron relevamientos y cateos en el lugar para verificar los diversos cambios realizados a lo largo del tiempo o evidencias de características originales de la casa que fueron barridas por las diversas remodelaciones o reciclajes.
Las principales intervenciones sobre la arquitectura exterior del edificio fueron reparaciones en los techos y las terrazas, reparación de revoques, restauración de carpinterías, reconstrucción de sectores faltantes como la ventana de un baño y la mampostería de un balcón sobre la fachada de la calle Ramón Castilla, restitución de revestimientos de muros y pintura de todas las carpinterías de acuerdo con las texturas y colores originales. Asimismo se instaló un sistema de iluminación.
En el caso del jardín, se procedió a estudiar los diseños originales según algunos planos conservados en el Archivo Bustillo y fotografías de época. Así se decidió restaurar el jardín cubista original, de características únicas en nuestro medio. Se conservaron los árboles originales sobrevivientes (cipreses) y se replantaron las especies que existían en el jardín original. Se conservaron dos palmeras plantadas posteriormente a los tiempos de inauuración de la casa por su valor ambiental y decorativo.
En los interiores los trabajos de restauración incluyeron numerosas tareas como demolición de agregados de todo tipo, reconstruccicón de elementos faltantes que fueron de baños desmantelados como chimeneas removidas hasta corrimiento de muros para restablecer las proporciones originales de los espacios (como fue el caso del Cuarto de Victoria). Se realizaron también importantes trabajos de renovación de infraestructura de instalaciones sanitarias, pluviales, eléctricas como así acondicionamiento acústico móvil como en el caso del living que puede adaptarse como sala de conciertos. Se restauraron los pisos originales de piedra y de madera y se repusieron vidrios transparentes o translúcidos que habían sido removidos o reemplazados.
Se realizó la pintura replicando la paleta de colores originales obtenida por cateos y pruebas en el lugar. Para la decoración y el amoblamiento que aún resta completar en parte, se tuvo en cuenta la documentación fotográfica de los archivos y el estudio de las piezas de la casa que se conservan el Villa Ocampo para los espacios principales.
En los cuartos que no se tenía esa información se siguieron similares criterios estéticos y funcionales. Sin embargo se tomaron algunas licencias teniendo en cuenta que la casa hoy sirve a otras funciones. Así se realizaron reproducciones de muebles en algunos casos y la selección de piezas similares en otros. Se resolvió el proyecto de iluminación restableciendo parte del original (líneas de apliques horizontales o apliques embutidos, lámparas de mesa) y complemenándolo con lámparas de pie de diseño moderno, similares a las usadas en la época.

Carolina Biquard
Presidente del Fondo Nacional de las Artes

El Fondo es dueño de la Casa Victoria Ocampo desde 2002 que fue comprada en la gestión de Maria Lacroze de Fortabat, que hasta entonces estaba en manos privadas. En la actual gestión volvimos la casa a cómo estaba cuando vivía Victoria Ocampo, anteriormente estaba habilitado el primer piso como un auditorio de música folklórica, abajo una sala de exposiciones y arriba la biblioteca de Castagnino que había sido donada al Fondo. Entonces nos concentramos en volver la casa al estado cuando vivía Victoria, ya que es una joya arquitectónica por ser una de las primeras casas racionalistas y quizás la más importante en ese momento que se construyó en 1928. Se basó en un proyecto que Victoria le encargó a Le Courbusier para otro terreno pero luego Victoria decidió que se la construya Alejandro Bustillo, que había sido el arquitecto de otras obras de la familia como el edificio de Posadas y Schiaffino. La casa rompió totalmente con la estética de la zona, donde en paralelo Bustillo estaba construyendo la embajada de Bélgica, que no podía ser más clásica y francesa. Había una comisión del barrio que debía aprobar la obras y no querían hacerlo, y de hecho se pelearon mucho Victoria y Bustillo porque ella tenía clarísimo que quería una obra moderna y racionalista pero con las proporciones clásicas y nobles que Bustillo lograba en las obras que el hacia. Esta casa tiene esas proporciones y la nobleza de los materiales, completamente blanca, nunca se colgó un cuadro y los protagonistas son la luz, los árboles y el cielo que inundan la casa. Los muebles de esta casa están hoy en Villa Ocampo. Cuando ella deja esta casa lleva todos los muebles a Villa Ocampo y nosotros hemos comenzado a poner la casa con muebles similares que de alguna manera reflejen el espíritu.
En la parte de abajo, donde hoy está la sala de exposiciones, estaba las dependencias de servicio, el garage y la cocina, que hoy sigue estando. En el primer piso hemos puesto el living como estaba en la época de Victoria, la biblioteca personal, y el comedor, mientras que al segundo piso lo hemos restaurado y se van a recibir a artistas e intelectuales invitados del Fondo y va a haber un programa de residencias artísticas.
También tenemos muchas otras actividades culturales, ciclos de música, charlas, escritores que presentan sus libros, ya que ese es el espíritu, que realmente sientan que están en la casa de Victoria Ocampo y que es ella la que recibe a los representantes de la cultura. Este trabajo se hizo con la Comisión Nacional de Monumentos Históricos donde se trabajó mucho en encontrar los detalles como el color exacto del blanco de las paredes, los detalles del baño, etc.
Para poder ofrecer los detalles a la gente es que se está entrenando a nuestra gente para ofrecer visitas guiadas aunque aún no están definidos los horarios.