Jesús Marcos
Con el lanzamiento de su reciente libro, este maestro nos demuestra su pasión por el arte, la que mantiene con una vitalidad que nos asombra
¿Cual fue tu formación artística?
Comencé estudiando en la Escuela de Bellas
Artes de Bahía Blanca para seguir en Buenos
Aires con J.C. Castagnino de quien fui ayudante
lo mismo que de A. Berni. Más tarde
estudié en la Escuela de Bellas Artes de San
Carlos, México D.F..Estos fueron mis estudios
formales, los no formales que de algún modo
son tan importantes como los formales, el
contacto con las figuras importantes del arte
o en relación con movimientos y culturas en
los lugares donde me toco vivir, como Buenos
Aires, México, Nueva York o Paris.
¿Cuáles fueron los artistas que más influyeron
en tu desarrollo?
En primer lugar J.C. Castagnino
con el que aprendí los lenguajes
de la pintura, también
con él aprendí a amar el arte.
Con A. Berni descubrí el arte
como interrogador del mundo.
Con ambos aprendí que
el oficio de pintar no es tanto
pintar cuadros como pensar
el mundo. Después están los
artistas que más allá del tiempo
me permitieron ver otros
aspectos del arte. La luz en
Velázquez o Vermeer, el color
en Monet, la construcción
en Cezanne, la actitud frente
al mundo, en Goya, Picasso o
Van Gohg, el contacto con las
vanguardias en Nueva York
y tantos otros. También han
sido importantes para mí la
relación con culturas originarias
de América, África y Medio
Oriente.
¿De las exposiciones que hiciste, hubo alguna
que recuerdes como la más interesante o
especial, y porque?
He realizado más de 70 exposiciones individuales,
entre tantas siempre hay algunas
que por diferentes motivos a uno le interesaron
más. La del Museo de Arte Moderno
de Buenos Aires, la del Palacio de la Salina en
Salamanca (por ser mi ciudad natal), la del
Museo Sívori, en Buenos Aires, la de Artana
Fine Art en la Haya, las 4 últimas muestras
en Colección Alvear de Zurbarán, la del MACLA
de La Plata, la del OPIC (Organismo para
la Difusión Internacional de la Cultura) en
México, la del Fondo Nacional de la Artes en
Buenos Aires. En fin por diferentes circunstancias
siempre uno rescata
algunas que le aportaron más
en su crecimiento como artista
o por su implicancia emocional.
¿Actualmente estás exponiendo
en el Sheraton Pilar, es un
estilo nuevo fuera de las galerías?
La exposición en Sheraton Pilar
está organizada por la galería
Zurbarán que es la galería con
que expongo cada dos años.
Que trata de mostrar a sus
pintores fuera del ámbito de la
galería los años que no exponemos
en ella, es así como el
año pasado expuse en el Palacio
Pizzurno o anteriormente
en el Museo de Tandil. Es una
forma de que la obra circule
por otro ámbito diferente al
público de las galerías.
¿Recientemente presentaste tu nuevo libro
en el Museo Nacional de Bellas Artes y es un
libro poco convencional para ser de arte ya
que es de textos, que nos podes comentar?
El libro “Itinerancias en torno al arte” presentado
en el Museo de Bellas Artes, es un conjunto
de relatos, recuerdos, pensamientos y
reflexiones en torno al arte y en relación con
artistas fundamentalmente argentinos, pero
también de otras latitudes, como Castagnino,
Berni, Spilimbergo, Diomede, Del Prette,
Líbero Badíi, Siqueiros, Pedro Coronel y
muchos otros. Siempre me interesaron los
libros escritos por artistas, por que escriben
sobre el proceso, no sobre el resultado. Estos
textos tratan de mostrar esos procesos,
esas influencias y con ello tratar de mostrar
la construcción de una actitud creadora. Relatar
esos acontecimientos o relaciones que
participaron no solamente en la construcción
de un pensamiento artístico, si no en la
construcción de un pensamiento como persona.
¿Estás también dedicado a la enseñanza?
A lo largo de los años, siempre mientras permanecí
en Argentina me dedique a la enseñanza,
tanto en lugares oficiales (Escuela Superior
de Bellas Artes, IUNA y otros) como
también en la enseñanza privada en mi propio
estudio. Comencé muy joven, haciéndome
cargo del taller de Castagnino cuando
este decidió no enseñar más, y continúo con
alumnos actualmente.
La relación con los alumnos te obliga a estar
alerta, a estar actualizado, el pintar es una
profesión solitaria en la construcción de la
obra, y esta ida y vuelta que te plantea la relación
con los alumnos te enriquece permanentemente.
¿Cómo sabés, nuestra revista principalmente
tiene que ver con viajar y conocer distintas
culturas, los viajes influyeron en alguna medida
en tu obra?
Enormemente, los viajes han sido importantísimos
en mi formación. En primer lugar
poder ver la diversidad de culturas que construyó
el hombre para dar respuesta a sus interrogantes
es altamente enriquecedor.
A finales de los ‘60 salí de Retiro en un tren
que en aquella época llegaba hasta la Paz en
Bolivia, para continuar a través de América
del Sur y América Central hasta México. Este
viaje que duró dos meses fue a través de los
Andes en camiones con los originarios, en
barcos por el Caribe o la mayoría de las veces
en ómnibus destartalados. Fue un viaje donde
el contacto con los pobladores de América
Latina, me abrió los ojos.
En México permanecí un años hasta que
venció la beca que tenia para estudiar. Viaje
a Nueva York donde también permanecí un
año.
La riqueza de encuentros con diferentes culturas,
lo precolombino en México o lo anglosajón
en Nueva York, me marcaron enormemente
tanto en la amplitud de miras, no
solamente en mi pintura, sino también en mi
persona.
Más tarde viajé de Nueva York a Paris, donde
permanecí cinco años. Teniendo base en Paris,
viaje por el Norte de África y por el Cercano
Oriente. Viajé en el Oriente Express, que
saliendo de Paris terminaba en el centro de
Estambul, después de haber atravesado diversos
países del sur de Europa.
Este viaje fue en épocas de poco o nulo turismo
por algunas regiones donde la cultura de
estos pueblos todavía no estaba contaminada,
como se produjo más tarde. Descubrí que
las culturas se construyen a lo largo de los siglos
dando respuestas de un modo determinado
a sus problemáticas particulares. Seguí
viajando mucho, no para hacer turismo, si no
para conocer estos pueblos, sus costumbres,
compartirlas con ellos, compartir sus comidas,
mezclarse con su población. A lo largo
de los años seguí viajando por diversos países
de Europa, América o Asia, pero ya no es
lo mismo, el auge del turismo y de las comunicaciones
ha contaminado al planeta todo,
ya nada es puro, pero tiene sus ventajas,
es menos duro, hasta en su mayoría hablan
idiomas occidentales.
¿Para ir terminando, que podemos esperar
próximamente de Jesús Marcos?
La pintura es una profesión, no puedo dejar
de trabajar aún en momentos como este,
donde el mercado del arte está muy caído en
Argentina, sigo trabajando como si ese mercado
estuviera floreciente. Es algo que no
puedo dejar de hacer, es mi vida más allá de
los vaivenes externos. En cuanto a mostrar,
tengo programada una exposición durante el
próximo año en la Galería Colección Alvear
de Zurbarán y otra en el Museo Quinquela
de la Boca, esta última para el mes de Agosto
del 2019.
“Jesús Marcos lleva vivida una larga vida en la que
se ha resistido, a la mala costumbre de envejecer. Su
espíritu se muestra joven, vital, y continua trabajando
con el fervor de los primeros años, no solo frente
al caballete sino, como aquí lo demuestra, llenando
páginas que traducen sus experiencias artísticas y
humanas.”
Antonio Requeni
Fragmento del prólogo del libro
“Itinerancias en torno al arte”
de Jesús Marcos