Massimo Ianni


Fundador de Massimo & Partners y creador en la industria de la hospitalidad, con distinguido estilo propio, se encuentra en Buenos Aires por la inauguración de su reciente proyecto, el relanzamiento del Hub Porteño.


¿Cómo comenzó Massimo & Partners?
Empezó a partir de mis 15 años de experiencia con Hyatt. Allí me di cuenta de que había una oportunidad en el mercado de poder atender las necesidades de desarrollo de un hotel de lujo, principalmente en la parte del lifestyle, para dueños individuales que no quieren trabajar con cadenas ni que sus propiedades sean algo estándar. Reconociendo eso, y yendo por mi lado creativo, armamos una empresa que puede desarrollar hoteles, desde el punto de factibilidad, desde cero hasta la puesta en marcha con la apertura física. Es lo que yo llamo en chiste “niñeros de hoteles”, porque somos como parteros de hoteles, a los que después acompañamos durante 6 o 18 meses para corregir las cosas con una visión de 360°. Primero definimos un concepto y luego cuidamos que el concepto se cumpla en su mínimo detalle que va desde el uniforme, la definición del branding, qué tipo de decoración vas a tener en el lugar y hasta qué tipo de omelette vas a servir. Es todo lo que tiene que ver con los aspectos de gestión y propuesta de servicio, y es ahí donde nace Massimo & Partners. Con esa vocación es que hicimos proyectos de seis habitaciones en un hotel perdido en medio de la Patagonia o la torre más alta del mundo junto a Armani, en Dubái.

¿Y cómo es el proceso que aplican en los proyectos?
El proceso es siempre el mismo: se parte con una idea fuerte. Esa idea pasa a ser el concepto central y desde ahí se desarrolla todo el resto, como los aspectos económicos, comerciales, operativos, de recursos humanos, cocina, spa y todo lo que tiene que ver con eso.
Hemos trabajado durante mucho tiempo, siempre con emprendedores individuales, que en general es gente que viene del mundo del Real State y que en cierto momento de su vida sienten la necesidad de tener un hotel.
La hotelería es un negocio arduo porque requiere mucho tiempo para desarrollarse. Cuando se piensa en un hotel hay que pensar que tiene que estar funcionando durante 20 o 30 años después. Nosotros hemos hecho proyectos muy innovadores en su época. Por ejemplo, recuerdo que cuando abrimos el Faena en Buenos Aires decían que era una locura porque la gente no había visto nunca algo como eso. Si sos el primero, con un poco más de tiempo, vas a pasar a ser el líder del mercado. Esto es algo que nos gusta mucho y, por ejemplo, hace 20 años inscribimos en el municipio de Buenos Aires al primer Bed & Breakfast de la ciudad, en la calle Malabia. Esas son cosas super interesantes y nosotros, por nuestro conocimiento sobre el sector, somos una especie de guardianes del concepto.

¿Cuál es la frecuencia de inauguraciones que tienen?
Como no tengo la posibilidad de duplicarme, el límite es de una o dos inauguraciones por año porque es un gran trabajo, sobre todo los tres últimos meses previos al día de la inauguración.
La apertura de un hotel, siempre digo, es como un parto, porque hay una fecha límite, aunque nunca se llega a esa fecha.
Esto es un negocio en vivo porque uno puede haber pensado una cosa y el día de la inauguración llega el primer huésped y puede pedir algo que no estaba pensado. Esto mismo nos pasó con la inauguración donde se servía un té inglés y el primer huésped nos pide dulce de leche, que no va en un auténtico té inglés, pero hubo que conseguirlo. La filosofía es cumplir con lo que quiere el huésped. Hay que estar siempre presente en evolucionar lo que se hace. Creemos que la verdad la tiene el huésped, ya que uno puede imaginar cosas, pero es el huésped el que exige.

¿De todos los proyectos que llevaste a cabo cuál fue tu preferido?
Claramente cada uno es una cosa única, ya hemos abierto más de 30 hoteles y todos son diferentes. La característica de Massimo & Partners es no repetir cosas. Hay clientes que nos piden hacer un hotel parecido o igual al de Ámsterdam, por ejemplo, y no, no lo hacemos dos veces, ya tenemos la ventaja de poder darnos ese lujo. Nos gusta todo el proceso creativo y el proceso de adaptación para crear cosas únicas, los proyectos más icónicos son aquellos en los cuales hubo una oportunidad para aplicar mis conocimientos y crecer. El Faena definitivamente fue una oportunidad excelente de aplicar mis conocimientos sobre un mundo que yo adoro y que siempre me apasionó y que es el del teatro, el Faena es muy teatral y espectacular. También con Armani, tuve la oportunidad de aprender con un maestro, porque el Sr. Armani, mas allá de no ser un especialista en la hotelería, en lo que es el manejo de marca, calidad, sofisticación y detalles es el Super Master. Esos dos trabajos son muy interesantes, y otro que me gusta mucho también es el Café Royale en Londres, que consiste en la transformación de un monumento histórico donde convivían Oscar Wilde y la Reina, o sea que tiene una historia impresionante de contraste.
Reflotarlo como un hotel contemporáneo, que abrió hace muy poco, es una cosa muy especial y también un desafío porque el gobierno de la ciudad de Londres es muy estricto con el patrimonio histórico. También abrimos un lodge fantástico en la Patagonia que se llama Eolo, que, al estar situado en lugar aislado, permite conocer la esencia de estas tierras. Es justamente del característico viento patagónico, de donde nace el nombre del hotel. Nos gusta mucho crear historias.
Hace poco hicimos un proyecto donde escribimos una historia, en el lugar a nivel físico, en los ambientes, que se transforman en un cuento donde es mucho más fácil de entender y de motivar. Esa “storytelling” se tiene que encontrar después en la realidad y ahí ya estamos pensando cómo va a estar vestido el camarero, cómo va a saludar el host. Toda esa planificación, evidentemente tiene una gran parte creativa pero también una gran parte sólida, porque hay números que marcan la realidad, qué retorno va a tener en cuántos años, cosas que son parte de todo el proceso de la apertura de un hotel.

¿Cómo es el paso desde el concepto hasta el hotel terminado?
Lo primero que se hace siempre, una vez que se define el concepto, es lo que se llama un “camino crítico”, que se traza desde el día en que se calcula que va a estar listo, para atrás. Por eso es que a mí me gusta la similitud con un parto, porque se calcula que en nueve meses va a nacer y sabemos que van a pasar un montón de cosas durante esos nueve meses. Para nosotros es lo mismo, pero a veces son tres o cuatro años, no menos de dos años cuando es una construcción nueva, hasta esa fecha potencial que es el Soft Opening. Hay un Soft Opening y un Opening.
El Soft Opening es un periodo que va de uno a tres meses donde se hace funcionar el hotel, pero con invitados y amigos para poner en marcha el hotel. Hay un montón de temas técnicos como, por ejemplo, en un hotel de 1000 habitaciones un día hay que hacer funcionar todas las duchas a la vez para ver si no hay problemas, y en el restaurant servir a 10 comensales, al día siguiente 20, hasta 100. Desde esa fecha de apertura, se va para atrás y se determinan las etapas importantes, por ejemplo, la financiación del proyecto, la contratación de la empresa constructora, el anteproyecto, la aprobación por parte de la municipalidad, al gerente general se lo recluta 16 meses antes de la apertura. Todas esas cosas son bastante rutinarias y parecidas independientemente del lugar en el mundo. También está el tema de decirle al propietario que no puede gastar toda la plata en la infraestructura y mobiliario porque después hay un montón de costos, como llenar las heladeras para la apertura, pagar sueldo por los tres primeros meses que no se está facturando y que hay que capacitar a la gente. Todo esto se calcula desde el día de la apertura hacia atrás.

¿En qué consiste el proyecto de Casas Latinas?
La evolución de todos esos años de trabajo es haber creado algunos conceptos donde va también mi personalidad de una manera más cercana. De ahí nació, por varios vínculos, la idea de crear pequeñas casas donde, por el concepto y por la forma en que lo hemos desarrollado, mi espíritu y mi forma de ser están muy presentes, poniendo a nuestra gente para ayudar en el gerenciamiento, con acuerdos muy a medida en cada caso con los dueños. No es algo estándar, como hacen las cadenas hoteleras, sino que lo hacemos a medida y tratamos de unificarlo, primero por su diferencia en identidad individual y después por una serie de actividades en donde se encuentra un espíritu común. El slogan de Casas Latinas es “Crear viajes que crean momentos”. Para nosotros la creación de momentos en esa visita del viaje es lo más importante. Es dedicarle tiempo a la gente, porque el tiempo es lo más valioso y el tiempo no se puede comprar, y además darles la oportunidad de acceder a la comunidad local en la que se encuentran. Es darles una dedicación personal. Estamos de acuerdo en que la cama debe ser excelente, la ducha perfecta, pero las experiencias que les damos es el valor agregado. Aquí, en Hub Porteño, tenemos una persona especializada en contarles a los huéspedes las historias de las mansiones de la zona para luego llevarlos a recorrer, o, por ejemplo, Vanina que se sienta junto a los huéspedes a disfrutar de la ceremonia del mate y comparte la tradición con ellos. Casas Latinas ofrece ese contacto latino, en el sentido natural de compartir de los latinos. La creación de estos momentos debería transformarse en futuros recuerdos, queremos que esos recuerdos sean el touch humano que crea Casas Latinas: las experiencias. Personalmente creo que el contacto humano es el generador de experiencias. Nosotros no tenemos un general manager sino un house manager, porque sacamos todas las actividades que no tienen que ver con la relación con el huésped, y esto nos diferencia de las cadenas de hoteles que se concentran en los estándares. No tenemos oficina para el gerente, él está en las áreas públicas y tiene que estar junto a los huéspedes. Es una approach muy diferente debido a la escala, nuestros hoteles nunca van a tener más de 30 o 40 habitaciones, porque sino es imposible esta idea de personalización.

¿Cómo conectan a los huéspedes con el entorno del lugar en que se encuentra la propiedad?
Cada casa tiene un concepto personal para hacerla aún más auténtica. Por ejemplo, acá nos encontramos con una casa muy linda con una gran tradición y nos falta un poco encontrar cómo relacionarnos con la comunidad y el barrio. Recoleta es un barrio con mucha identidad, entonces queremos traer aquí el concepto de un Club Privado, y abrir las puertas de las áreas públicas a socios locales por dos razones, una para que los turistas que están en el hotel no estén solamente entre ellos y que puedan contactarse con gente local y la otra que los locales lo tomen como una extensión de su casa, para venir a pasar unas horas, para hacer network, tomar un té, un trago a la noche y entonces, con esas actividades, se mezclan con los huéspedes del hotel. Por ejemplo, si hoy se hace una degustación de quesos y vinos, el huésped también participa en esa actividad gratuitamente.
Estamos armando un taller para armado de perfumes y otras actividades dentro y fuera del hotel como, por ejemplo, un taller con artistas con una cena. El club también tiene una organización de viajes nacionales e internacionales para socios y es un club de afinidad, no de ricos, sino que buscamos intereses comunes en todos los aspectos en lo que nosotros llamamos sofisticación porteña, la gastronomía, la enología, el arte, la cultura, la música, un poco de todos esos aspectos, pero bien porteños.

¿Qué nos espera en los próximos años de Casas Latinas y Massimo & Partners?
Queremos expandirnos a otros países latinos, ya estamos en Italia y queremos llegar a España, Portugal y al sur de Francia. Porque la personalidad de esos lugares no se enseña, se tiene, por eso queremos llegar a ellos.
Actualmente en Casas Latinas estamos con seis propiedades y claramente queremos crecer en una forma razonable para poder mantener la esencia del concepto. La idea es de acá a los próximos 3 años llegar a tener 10 o 12 casas, ojalá en los principales países de Sudamérica. La ambición principal es ser reconocidos por un grupo de gente, y eso se hace con mucha dedicación y tiempo y que nos elijan principalmente por la esencia de lo que somos. Hay algunas compañías hoteleras que han logrado tener un club de fans, esa sería mi ambición. Más allá de usar toda la técnica contemporánea existente de distribución y comunicación, buscar la afinidad dentro de Casas Latinas de nuestros consumidores como también de nuestros colaboradores.

Por otro lado, en Massimo & Partners estamos embarcados en un proyecto muy interesante en Berlín donde estamos colaborando con socios locales para la creación de un barrio del futuro. Estamos pensando en el hotel del futuro, la gastronomía del futuro, el spa del futuro. Eso es un desafío muy interesante porque, tomando inspiración de las tendencias actuales, debemos programar algo que tiene que ser novedoso en los próximos 20 años. Es un desafío muy importante donde la tecnología, creo, pasa a retomar un poco su lugar, ya que ha tomado demasiado espacio últimamente, y el elemento humano vuelve a ser mucho más importante. Una de las anclas del proyecto es una academia educativa relacionada con el mundo del lifestyle, y es un mega proyecto ya que participamos activamente en nuestra competencia específica pero también a nivel conceptual del conjunto de las prestaciones. Éste es uno de los grandes proyectos actuales de Massimo & Partners.

Para ir cerrando, ¿nos querrías comentar algo en especial?
Sí, que es muy importante saber que detrás de todo esto hay un gran grupo humano con una gran pasión por un rubro que yo defiendo mucho. Es una lástima que tengamos que seguir luchando para defender nuestra profesión, ya que hay bastante improvisación en el tema y este es un rubro que hay que conocer con la experiencia de los años. Hoy en día hay acceso a estudios muy buenos, pero es importante también entender que nuestro rubro necesita de gente joven que se apasione y comprenda que hay que hacer un sacrificio en esta profesión. Lo más importante es la actitud y la personalidad, el resto se pueda aprender.

“Mi visión es curar y gestionar un número limitado de lugares seleccionados para el disfrute de nuestros huéspedes. Casas Latinas es una exclusiva selección de exquisitas fincas, hoteles y resorts en mi país de origen, Italia y América Latina.
Ofrecemos a quien nos elija, la oportunidad de vivir y experimentar la esencia, el patrimonio y la hospitalidad de estos destinos exclusivos”
Massimo Ianni