Jorge Gamarra


El maestro es entrevistado en la apertura de su nueva muestra en Mendoza en el Espacio Cultural Protea de Chacras Park.


En la inauguración de la muestra de Jorge Gamarra en Protea, el espacio cultural de Chacras Park en la ciudad de Mendoza, aprovechamos la presencia del maestro, junto a las dos curadoras de la exposición, para generar una agradable conversación la que compartimos en esta nota.

Julieta Gargiulo (JG): Jorge, es una suerte tenerte de nuevo aquí en Mendoza.
Jorge Gamarra (G): Para mi también! JG: Vamos a aprovechar para preguntarte varias cosas, porque siempre hay cosas de tu obra que quedan sin entender. Podríamos empezar preguntándote por tu última obra, esa maravilla que estar detrás tuyo.
G: El “Péndulo” tiene que ver con el tema de las herramientas. Yo ya la había hecho, sólo que lo repetí buscando lo excelso de los materiales.
Una es la madera, que es un guayacán y la otra una pieza de acero inoxidable.
También modifiqué la parte inferior para que quedara estéticamente mejor, para mi.

JG: También queremos agradecer a María José Herrera, con quien ya hemos hecho tres curaduría juntas, y con Jorge, aparte de la muestra, hemos pasado muy buenos momentos juntos.

María José Herrera (MH): Yo estaba mirando el “Péndulo” y pensaba que además de ser una herramienta, y que te inspiraste en la función del péndulo, como que sirve para buscar que una cosa salga exacta y el nivel de algo es algo muy simbólico, que simboliza para vos?
G: Es muy difícil para mí expresar eso, pero si, significa el hecho concreto de que una cosa salga como uno lo pensó, y como decía antes, lo excelso de un trabajo. El péndulo te marca exacto el centro de lo que buscas.

MH: Tu vectorial porque sos vos el que busca ese equilibrio, el que lo produce, no?, hay mucho de este simbolismo en tus obras. Porque una herramienta es para hacer un objeto pero también para lograr el objetivo de crear.
G: Es lo que te ayuda a elaborar una obra.

MH: Cómo nace una imagen nueva?
G: En principio yo elijo un elemento que estéticamente me guste, no tomo cualquier herramienta pasa ese fin. Entiendo que un hacha tiene un carácter muy importante en su hacer y además me gusta como objeto, por eso lo agrando. En este caso tiene que ver con una cosa ecológica, que el hacha se rompe cuando vos estás cortando un árbol o algo así, la protección del medio ambiente es muy importante y a mí se me ocurrió, que si bien te ayuda para tu hacer, también estás depredando o haciendo una cosa que no corresponde.

MH: Vos trabajabas con madera reciclada, no con maderas nuevas, no?
G: Exacto, yo trabajo con maderas de más de 100 o 200 años de antigüedad y que fue usada para otra cosa.

JG: Es por eso que yo lo llamo “El domador del quebracho”, porque realmente, lo que logra hacer es fantástico. El hecho de volver a darle vida a un árbol que está muerto me parece realmente poético.
G: Bueno, en parte esa es la idea.

MH: Y cada herramienta tiene una connotación diferente, porque el péndulo es el equilibrio, el hacha es la acción sobre la madera, entonces alguien puede decir que es un poco violenta, si se quiere, o un poco más fuerte, otra cosa es cuando mostrás los cinceles encapsulados en la madera, o sea cada obra tiene un simbolismo diferente.
G: La obra de los cinceles, que se llaman “Fósiles”, tienen que ver con esas cosas muy anteriores a nuestra vida y que han sido fosilizadas y te marcan el modo de vida de aquella época.

MH: De hecho, todas las piedras son fósiles, y vos trabajas con una materia que llevó millones de años constituirse en lo que es. Y cómo es trabajar con algo que tiene millones de años?
G: Si, ahora tomó como un carácter de trabajo, pero al principio, cuando trabajaba el granito, sentía que tenía 30 o 300 millones de años, estás trabajando una cosa casi imposible de transmutarse o cambiarse y te da impresión por lo antiguo.

MH: Y tiene que ver con una forma de relacionarse con la naturaleza. Y que función, en todas estas imágenes que tenemos acá, tienen los paisajes? Porque veo muchas cosas que están influenciadas por los paisajes, los viajes.
G: Para mí, cada viaje en el que pasamos por el desierto tiene un poder muy fuerte. Nosotros hace 15 años que vamos a Iquique cruzando el desierto de Atacama y cada vez que lo cruzamos es una sensación diferente y muy grata.

JG: Y además el desierto va cambiando.
G: Si, va cambiando y siempre ves un interés que antes no habías visto y produce algo muy interesante.

MH: Y ese color de las piedras, básicamente.
G: El color de las piedras, de la naturaleza, ese ocre del desierto.

JG: Y además uno piensa que el desierto es algo muerto y de repente florece. Hay una magia especial.
MH: Por ejemplo, aquella obra que es tan emblemática tuya, que es casi como un símbolo de tu escultura, que es “Cilindro Mineral”, que muestra esa sensación que vos das de que es una materia maleable que se puede arquear con las manos. Cómo haces?

G: En los comienzo de mi escultura empecé a hacer decir al material lo que parecía imposible a sí mismo, entonces es un cilindro que era como una columna, y generar un doblez a esa columna es un hecho como imposible y quería lograr esa cosa que el otro tratara de descubrir cómo se hizo.

MH: Llamaría a este tipo de cosa “simulacionismo”, cómo se ha llamado alguna vez, porque estás simulando?
G: Claro, por ejemplo, aquella obra se llama “Impronta” y es como el cuerpo, que era un prisma recto, al imprimirle una presión genera que el cuerpo se modifique, aparece una espalda diferente, la modificación del prisma.

MH: En muchos casos trabajás por sustracción y ese vacío actúa como forma, todas las esculturas se manejan de esa manera, no?
G: En la escultura se manejan dos disciplinas, una es de sacar y la otra es agregar, que sería el modelado. Generalmente el escultor que hace talla no hace modelado. El mismo Rodín, todas sus obras hechas en piedra no las hacía el, el hacia el original y la pasaba a otro.

MH: Con el tema de las herramientas, yo creo que es un tema que compartieron vos y un gran amigo tuyo que fue Víctor Grippo, contame un poco que hablaban entre ustedes?
G: Bueno, pasábamos mucho tiempo hablando de los oficios que se han perdido y el poder que tienen los oficios en el ser humano y ha perdido la manualidad para convertirse en otra cosa. Y hablábamos muchas horas de las herramientas. El era un gran artesano, hacia joyas también y de muy buen nivel de artesanías.

MH: Contamos del famoso “Horno de pan” de la exposición Arte e Ideología.
G: El “Horno de pan” fue en la exposición que se hizo en la Plaza Roberto Arlt en 1972 y la idea era trasladar la escultura a una plaza pero sin el orden de una escultura tradicional, había que manejarse con ideas más modernas y no llevar a la plaza la escultura que uno hace y generar otro tipo de cosa, y se nos ocurrió hacer un horno de pan que tenía varias opciones que era trasladar de un ámbito rural un elemento para cocinar a una plaza y mostrar a los porteños esa característica del horno, que además tenía otras connotaciones que era la partición de panes.

MH: O sea darle un sentido colectivo, que se estaba perdiendo. Y cómo terminó esa exposición?
G: Duró un día porque había cosas muy “urticantes”, como una muestra de Zabala que era un crespón negro rodeando la plaza, también habían utilizado un lugar subterráneo para poner la matanza de los nazis, entonces vino la Municipalidad al día siguiente y clausuró todo. Lo que iba a durar 3 meses duró un día.

MH: Ayer estábamos hablando de María Martorel y me acordé que ustedes habían participado en una exposición que se llamaba “Descentro”, contame que era esa idea?
G: La idea era dejar las galerías de arte de un lado para mostrar en otro contexto. Hemos hecho exposiciones en lugares como la cancha de Racing y otros más. Duró unos años la idea.

JG: Por lo que me has contado, en tu juventud has andando por Mendoza, quisiera saber un poco tu impresión al volver en este momento.
G: Mendoza para mí tiene un muy fuerte arraigo, hemos venidos varías veces y momentos y amo Mendoza. Yo trabajé aquí cuando tenía 19 años, en Godoy Cruz y tengo una muy buena, como decir... Amo Mendoza!

JG: Para nosotros aquí en Protea, el sentimiento que tenemos es que debemos crear puentes, acercar a los grandes maestros también a Mendoza. Y que un gran maestro ame a Mendoza es muy importante. Te agradecemos mucho, y también a María José, y es un privilegio de tener a dos grandes con nosotros.
JG: Para nosotros aquí en Protea, el sentimiento que tenemos es que debemos crear puentes, acercar a los grandes maestros también a Mendoza. Y que un gran maestro ame a Mendoza es muy importante. Te agradecemos mucho, y también a María José, y es un privilegio de tener a dos grandes con nosotros.

Julieta Gargiulo
Es Magister en Cultura Argentina, Diplomada en Historia de Mendoza, especialista en Gestión Cultural;
Miembro Correspondiente Extranjero de la Accademia Italiana della Vite e del Vino y de la Cátedra Unesco de Cultura y Tradición del Vino de la Universidad de Borgoña en Francia.
Ha sido Directora de Relaciones Institucionales de la Honorable Legislatura de Mendoza, Directora de Cultura del Honorable Senado del Congreso de la Nación Argentina y posteriormente asesora de la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación.
Fue Directora del Museo Killka de Bodegas Salentein.
Actualmente es directora de cultura del Protea, espacio cultural de Chacras Park.

María José Herrera
Es Licenciada en Artes, Universidad de Buenos Aires.
Jefe de Investigación y curaduría del Museo Nacional de Bellas Artes (1999- 2012).
Directora Artística del Museo Nacional de Bellas Artes (2008).
Presidente de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (2007-2016).
Titular de Cátedra de Curaduría en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (2010- hasta la actualidad).
Directora del GEME (Grupo de estudios sobre exposiciones y museos).
Directora del Museo de Arte Tigre (2014-Junio 2018).
Curadora y crítica independiente.