Laguna Brava


Explorando el esplendor de un refugio natural para aves.


En el noroeste de Argentina se encuentra un paraíso natural de dimensiones imponentes, la Laguna Brava. Este oasis de belleza escénica se erige como un santuario para las aves, en particular, los majestuosos flamencos. Situada a unos impresionantes 4230 msnm, la Laguna Brava es un monumento a la conservación de especies y biodiversidad, abarcando aproximadamente 5000 hectáreas con dimensiones de 17 km de largo por 3 km de ancho y una profundidad que oscila entre 0.75 y 1 metro.

La Laguna Brava sirve de refugio a aves migratorias que llegan a este remoto rincón cada primavera para alimentarse y anidar. Entre las especies notables que encuentran aquí su hogar se encuentran los flamencos andinos y los flamencos puneños. Estas majestuosas aves aportan su gracia y esplendor al entorno, añadiendo un toque de elegancia a este impresionante paisaje.

Pero la Laguna Brava no es solo un lugar de interés para la fauna alada; es igualmente un destino codiciado por los turistas amantes de la naturaleza. La atracción principal radica en la oportunidad de observar a los flamencos en su hábitat natural, junto con la posibilidad de avistar camélidos, como las vicuñas y guanacos en el camino hasta la laguna.

El turismo desempeña un papel crucial en la economía local, pero conlleva la responsabilidad de preservar este tesoro natural. En 2003, la Laguna Brava fue designada como un Sitio Ramsar, un tratado internacional que promueve la conservación y uso racional de humedales. Argentina se unió a otros 119 países en esta iniciativa, mostrando su compromiso con la protección de estos ecosistemas.

Además, en 2012, la Secretaría de Ambiente de la Provincia de La Rioja declaró el área como la Reserva de Usos Múltiples Laguna Brava, otorgándole un estatus aún más sólido como una de las Áreas Protegidas más significativas de la provincia. Ambas designaciones proporcionan herramientas vitales para gestionar estrategias de conservación y protección de este maravilloso humedal y su variada biodiversidad.

Existe en la zona la leyenda popular de un arriero que murió de frío, fue enterrado al costado del refugio y se destapa solo negándose a la sepultura.

Históricamente, la región fue utilizada por los incas como un punto de tránsito hacia Chile y un enclave vital para la dominación de las poblaciones locales transandinas. Los restos arqueológicos que aún se encuentran en la reserva son un testimonio de este legado cultural.

La vista de la Laguna Brava es impresionante, con su vegetación escasa compuesta principalmente por molles y coirones secos que adquieren un color dorado en los meses más cálidos. El paisaje se completa con los refugios cordilleranos que siguen proporcionando abrigo contra los vientos impetuosos que pueden superar los 100 km/h.

La Laguna Brava es un regalo de la naturaleza que nos recuerda la importancia de la conservación y la responsabilidad de preservar estos tesoros para las generaciones futuras. Un viaje a este rincón de Argentina es una experiencia única que brinda la oportunidad de conectarse con la majestuosidad de la naturaleza en su forma más pura.

COMO LLEGAR Y EXPLORAR

Acceder a este rincón de la naturaleza comienza en las localidades de Villa Unión y Vinchina, ubicadas a 275 km y 350 km respectivamente de la capital de La Rioja. La carretera RN76 desde Vinchina, que conecta con la reserva, es la única vía de acceso y solo se permite la entrada a través de excursiones organizadas por guías y agencias debidamente autorizadas como Laguna Brava Excursiones quienes nos acompañaron con si guía Ariel Varas. Este poblado tiene la rareza que su calle principal es el cauce de un río. El viaje se compone de tramos de asfalto y carreteras de ripio, proporcionando una experiencia aventurera desde el inicio.