Puerto Madryn
El oasis de Puerto Madryn y la inmensidad patagónica chubutense.
Se van, se van, pero volverán. Con su
gran pechera blanca y el dorso negro,
cual genérico esmoquin, crestas
amarillas o anaranjadas y tonos
azulados algunos, dejan la colonia de cría y
reserva faunística de Punta Tombo, en la costa
atlántica de la provincia de Chubut, en la
República Argentina, una de las principales y
más numerosas en el continente del pingüino
de Magallanes. Observan durante el amanecer
de su recorrido migratorio la belleza de
Puerto Madryn, el imponente Ecocentro, albergue
de conocimiento, percepción y disfrute
de la naturaleza generada en torno del mar.
Sus distintas salas, diferentes exposiciones
con réplicas de animales, monitores con explicaciones
temáticas sobre las mareas, fauna
marina, y muchísimo más, como los ciclos
de conferencias y exposiciones, entre otros
quehaceres que involucran la concientización
del cuidado de los océanos. Puerto Madryn,
cuentan en sus graznidos los pingüinos, frente
al sobresaliente Rayentray, un majestuoso
hotel y Centro de Convenciones, miembro del
Convention & Visit Bureau local, con todas las
habitaciones con vista al mar, su exclusivo salón
ejecutivo junto a un bar y confitería para
300 comensales; La Aguada, en su planta baja
y con amplios ventanales que permiten gozar
de una grata velada acompañado por el particular
sonido del oleaje y su exquisita selección
de platos de cocina regional e internacional y
especialidades del chef. Al 2800 de la avenida
Brown, esta cadena posee además establecimientos
de categoría en las ciudades de Trelew
y Esquel. Madryn, la población argentina
en la costa de la zona norte de la Patagonia,
sus playas de arena y su paseo costero pródigo
en restaurantes que miran hacia la bahía del
Golfo Nuevo, en donde dentro de poco serán
las ballenas francas australes las que aparecerán
en escena, adornando el paisaje con su
carácter tranquilo y su maravilloso espectáculo,
mientras que nuestros ejemplares amigos
migran hacia el norte, pudiendo llegar hasta
Uruguay e incluso hasta el sur y centro de Brasil,
recorriendo más de 3.000 km de ida. Un
pingüino juvenil de la colonia de Cabo Vírgenes,
en Santa Cruz, recorrió 3.326 km hasta el
sur de Brasil. Es la mayor distancia registrada
para un ave marina no voladora desde su colonia
de origen. “Un día los tenemos y sin pensar
vemos que nada volverá a ser igual. Que
amor más grande su amor y que nada duela
más que su dolor. Vivimos con ellos sin saber
que el tiempo nunca deja de correr y un día
de repente al despertar, se juntan, nos miran
y nos dicen que se van. Se van, se van y nada
puede detenerlos. Se van, se van y nos quedamos
en silencio sabiendo que nada puede detenerlos
pero que en la primavera volverán.”
La ciudad de Puerto Madryn (en galés Porth
Madryn), se halla al nordeste de la provincia
de Chubut, cabecera del departamento Biedma.
Se encuentra emplazada frente al mar
Argentino en el océano Atlántico. En la actualidad
su población es de aproximadamente
120.000 habitantes. Considerada la puerta de
entrada a la península Valdés, y declarada en
1999 como Patrimonio Mundial de la Humanidad
por la Unesco, es uno de los centros de
turismo más importantes de toda la región y
del país, considerada asimismo como la capital
nacional del buceo. El nombre de la ciudad
rememora a Love Jones Parry, galés barón de
Madryn, uno de los promotores de la colonización
galesa en la Patagonia. El topónimo se
originó hacia principios de 1863, cuando Love
Jones Parry, acompañado por Lewis Jones viajaron
a la Patagonia a bordo del navío Candelaria
para decidir si esa región era adecuada
para una colonia galesa.
OPCIONES AL POR MAYOR
Además de aprovechar todos los atractivos
de la ciudad, Madryn permite trasladarse a
diferentes puntos de Chubut, cada uno de
ellos interesante y con su especial geografía.
Resulta conveniente contar para una buena
excursión con profesionales de agencias
turísticas y experimentados guías bilingües
que convierten los paseos en entretenidas
clases didácticas no exentas de buen humor
y camaradería. Los impulsores de Categoría
Patagonia, en Avenida Roca al 300, son merecedores
de esta mención, puesto que unen
a la variada y amplia oferta de excursiones,
profundos y específicos conocimientos, una
flota de transporte en gran estado y seriedad
en el cumplimiento de los protocolos que la
época requiere. Agregar que la oficina de turismo
del hotel Rayentray también es poseedora
de un excelente servicio da otra opción
conveniente. A continuación algunas de las
posibilidades.
- PENINSULA VALDES
Un reservorio de vida
silvestre único. Pocos lugares en el mundo
ofrecen la posibilidad de observar en su ámbito
natural tanta cantidad de animales. A
solo 77 kilómetros de Madryn, gigantescas
ballenas, lobos y elefantes marinos, nuestros
amigables pingüinos, numerosas aves, guanacos
y otras especies terrestres se concentran
en esta Reserva Natural de 360 mil hectáreas,
en donde prácticamente casi no hay
más habitantes que ellos. Tan destacable es la
población faunística, que la Unesco declaró a
Península “Patrimonio de la Humanidad”. Ya
el comienzo es impactante, a poco de llegar
al istmo “Carlos Ameghino” que la conecta
con el continente, y donde el agua flanquea
los dos costados del camino. Tanto a derecha
como a izquierda se puede ver el impresionante
azul del mar patagónico. El Golfo Nuevo
a un lado, y sobre el otro, el Golfo San José,
acompañados por el sonido de las aves que
habitan cerca, en la Isla de los Pájaros. En el
acceso a la Reserva Integral de la Península
Valdés, se encuentra el Centro de Interpretación
Ameghino y el Museo Regional Fuerte
San José, una buena oportunidad para decidir
los lugares a visitar y su geografía, flora, fauna
e historia. Unos kilómetros más adelante, entre
acantilados dorados, aparece Puerto Pirámides,
el único asentamiento poblacional de
la reserva y uno de los lugares de privilegio
para observar las increíbles ballenas francas
del sur. Estos grandes cetáceos llegan al sur
en Junio y hasta Diciembre habitan las aguas
del golfo para procrear y dar a luz sus crías.
Es linda y tranquila Pirámides: solo sentarse
y simplemente mirar el mar. Por supuesto,
también recorrer toda la playa en búsqueda
de los caracoles o contratar una excursión de
buceo. ¡Y los avistajes cercanos de ballenas!
- PUNTA DELGADA
En este extremo sur de
Península, se encuentra un apostadero de
elefantes marinos que puede observarse desde
el mirador público en horarios estipulados.
Allí un área de hotel de campo presta servicio
gastronómico.
- CALETA VALDES
Un importante accidente
geográfico formado por una lengua de tierra
de 30 kilómetros de extensión e islas interiores
y de una gran belleza. Hay allí un importante
apostadero de elefantes marinos (mirounga
leonina). Los animales pueden observarse
desde miradores escalonados ubicados en el
acantilado y sendero de interpretación para
llegar a la boca de la caleta. En temporada de
reproducción y cría eventualmente se detecta
la presencia de orcas. Apenas 2 km hacia el
norte, una pequeña colonia de pingüinos de
Magallanes completan el paisaje.
- PUNTA NORTE
Apostadero reproductivo de
lobos marinos de un pelo (otaria flavescens) y
elefantes marinos. La unidad operativa cuenta
con Centro de Interpretación, proveeduría
y servicios sanitarios. El horario ideal de visita
es coincidente con la marea alta del día
y puede ser consultado en el ingreso al Area
Protegida.
- PUNTA LOMA
Esta reserva fue creada el 29
de Setiembre de 1967 por la Ley Provincial
697 y es una de las primeras reservas de fauna
del sistema de conservación de la provincia
de Chubut. Hay un mirador emplazado en
una barranca con vista al Golfo Nuevo, desde
donde se puede observar perfectamente el
apostadero de los lobos marinos de un pelo.
Por un sendero se distingue e interpreta la
flora típica de la región. Vale aclarar que puede
visitarse durante todo el año teniendo en
cuenta los horarios de bajamar. De regreso
hacia Puerto Madryn por la misma vía, es posible
detenerse en las diferentes playas que
ofrece el golfo: Playa del Pozo, Playa Paraná,
Punta Este y Playa Kaiser, un recorrido ideal
para los que practican mountain bike.
- PUNTA TOMBO
La anteriormente mencionada
colonia está ubicada en un área natural
protegida a 180 km al sur de Madryn, constituyendo
una de las mayores reservas continentales
de Pingüinos de Magallanes (spheniscus
magellanicus). También habitan allí
otras aves marinas: gaviotas grises y australes,
las skúas o salteadores, los cormoranes
real y de cuello negro o roquero, palomas antárticas,
el pato vapor y varias especies de petreles.
Si la decisión es trasladarse por cuenta
propia en automóvil, desde Puerto Madryn o
Trelew, hay que tomar la ruta 3 hacia el sur y
luego el desvío por la ruta provincial 75 por
unos 20 km, para posteriormente conducir
por otro desvío por la ruta provincial 1. Todo
este trayecto se encuentra pavimentado y
señalizado. Los pingüinos se acercan hasta la
costa para anidar. Los machos llegan a finales
de Agosto, para ir reparando el nido que utilizaron
el año anterior o si es necesario construir
otro nuevo. Los nidos son como pequeñas
cuevas excavadas en tierra firme, algunos
bastante apartados de la costa. Las hembras
llegan después, a principios de Octubre para
poner los huevos (generalmente dos). Ambos
miembros de la pareja se turnan para
empollar los huevos, alimentarse y cuidar del
nido durante los 40 días que tardan en nacer
las crías. Entrado el otoño, los polluelos ya se
valen por sí mismos y recomienza el ciclo con
la migración al mar. Por lo tanto hay que ir a
Punta Tombo de Octubre a Abril, disfrutar y
conocer algo más sobre las características y
costumbres de estos graciosos y tiernos animales.
- BUCEO EN PUERTO MADRYN
Uno de los
atractivos por los que se conoce mundialmente
a Puerto Madryn es el avistaje de la
Ballena Franca Austral en su período de apareamiento.
Este cetáceo es uno de los monumentos
vivientes de nuestro planeta que
en invierno y primavera visita las costas de
los golfos San José y Nuevo en la Península
Valdés. Pero este no representa el único pasatiempo
turístico de la ciudad. Para quienes
gustan de los deportes acuáticos, el buceo
es una excelente alternativa y Madryn ofrece
inmejorables condiciones para esta apasionante
experiencia, pues sus aguas se encuentran
entre las más aptas del mundo para
practicarlo. En primer lugar y por demás importante
para quien está decidido a emprender
esta aventura: contratar un muy buen guía. En la Avenida Costanera se pueden
encontrar varias agencias de servicio para
bautismo submarino. Consiste en abordar
una lancha que se interna unos 200 metros
mar adentro. Allí el instructor brindará una
clase de 20 minutos o media hora en la que
explicará las técnicas básicas del buceo:
cómo utilizar el respirador, señas manuales
para comprender los mensajes más elementales,
cómo actuar si entra agua en la
máscara, y otras tantas recomendaciones
que resultan vitales para que la experiencia
resulte exitosa. La inmersión se realiza a 10
metros de profundidad donde la temperatura
del agua es bastante baja. Así que a
colocarse el traje de neopreno, el tanque
de aire comprimido y saltar a la inmensidad
desconocida del fondo del mar. Un
mundo fascinante muy difícil de describir.
¡Anímese!
- DIQUE FLORENTINO AMEGHINO
Con un
sol espléndido como el día, quedan atrás
el mar y la estepa. Atravesada la localidad
de Trelew y el paraje Las Chapas, mediante
un desvío, se arriba al destino. Arboles petrificados,
claros vestigios de la Patagonia
prehistórica y un minitrekking hasta donde
se hallaban varios troncos convertidos en
piedra. Al costado del dique, una quebrada
rojiza da paso a una gran cantidad de
hermosos sauces verdes y a ambos lados
del río Chubut se levantan varias casas en
donde con seguridad penetran los estruendosos
sonidos del increíble silencio. Un oxímoron
de soledad sonora. El dique Florentino
Ameghino tiene 255 metros de largo
y el ingeniero Antonio Pronsato, en 1943,
fue su diseñador y mentor, antes de su inauguración,
veinte años después. Cerca del
camping y continuando el curso del río se
llega hasta las minas de caolín, un mineral de
color rosa pálido que se utiliza para la fabricación
de cerámicos. Más adelante, en un
descanso, gran parte de la fauna autóctona
de la Patagonia imagina su destino: guanacos
junto a sus crías o chulengos, choiques
y maras, principalmente. Las cuerdas de una
guitarra vibraron entonces, apenas perceptibles,
mientras desde el paredón del dique,
se recorren varios túneles que se abren en
la roca hasta llegar a la cima de la pared de
hormigón. Las fotografías mostrarán el embalse
y la villa pero guardarán la imagen de la
absoluta tranquilidad.
- UN SABROSO TE EN GAIMAN
La localidad
chubutense de Gaiman es la pequeña Gales
de la Argentina. Este atractivo rincón de
Sudamérica en el valle inferior chubutense
aún conserva las costumbres más puramente
galesas, especialmente la ceremonia del
té. A orillas del río Chubut se halla la primera
casa galesa: una vivienda construida en
1874 donde se puede apreciar el más puro
“estilo british”. El pasado de la ciudad se descubre
visitando el Museo Histórico Regional
de Gaiman, cuya exposición se ubica en la
antigua estación de tren. El legado galés es
muy evidente en el túnel de ferrocarril y en
las viejas capillas levantadas por los colonos
tras su llegada desde el otro lado del Atlántico.
Establecimientos tradicionales brindan
la oportunidad de degustar un típico té con
tortas galesas, en las famosas teteras que tienen
un tejido colorido que las cubre. Sirven
comida salada para acompañar el té (sándwiches
de miga con queso, tostadas de pan
con manteca, scones) y la parte dulce, que
son porciones de diferentes tortas (la famosa
torta galesa, de frutilla, de manzana, de
queso). También dulces caseros y leche para
el té. De regreso, una interesante parada en
Trelew, el Museo Paleontológico Egidio Feruglio.
¡Su exposición de fósiles de dinosaurios
es encantadora!
- DELICIAS GASTRONOMICAS
Claro que no
puede faltar un viaje al sur sin el placer de
saborear las delicias, especialmente del mar,
claro está. Hay muchos locales gastronómicos
de renombre en Madryn, pero merece
una parada obligada un clásico de clásicos, a
la cabeza de los favoritos de la ciudad balnearia.
“El Náutico”, que de él se trata, abre las
puertas de uno de los locales gastronómicos
con más renombre de la ciudad. La calidad
inmejorable de sus productos, la pericia de
los cocineros y la coherencia de una cocina
como ya se señaló, esencialmente de mar,
justifican la visita. El edificio posee dos pisos,
con espacio suficiente para albergar más de
40 mesas y sus paredes, llenas de recuerdos,
reflejan el paso de artistas y deportistas famosos
que no escaparon a la tentación de
los exquisitos langostinos grillados, paellas,
cazuelas de mariscos, aunque también muy
buenos platos preparados con carnes rojas y
blancas que en abundancia ofrecen a los paladares
más exigentes. Una variada carta de
vinos para todos los gustos y bolsillos acompaña
el sabroso postre “copa Angelito” que
se lleva el premio mayor.
El viento sureño acaricia el rostro durante la
parsimoniosa despedida por la costanera de
Madryn y sus extensas playas, las que posibilitaron
descanso y saludables caminatas
enmarcadas en un bello paisaje aventurero
para quienes practicaron buceo, trekking,
mountain bike, kayak, pesca y paseos náuticos,
múltiples actividades al aire libre que
ofreció esta anfitriona ciudad, además de los
museos, centros de interpretación y eventos
programados que llevaron a compartir la cultura
e historia de sus habitantes.